Como lustro, puntual a su cita , la Virgen de las Nieves, desciende desde su santuario hasta la capital de la isla de La Palma, Santa Cruz de La Palma. A medio camino entre el fervor religioso y la jarana, se hace bastante ameno el recorrido. Gentes amables .

Muchas veces ocurre que la tensión del momento hacen aflorar las peores formas en las personas encargadas de los actos religiosos, cosa que no deja de sorprenderme… pero ..este no fue el caso, el sol implacable fue el único azote.